Campos y campos de arroz, campos amarillos en diferentes fases de recolección...
Sus gentes tan especiales y contradictorias, sintoístas y budistas viviendo con aparente naturalidad tradición y modernidad, educados y exquisitos, cordiales y herméticos, trabajadores y pulcros hasta la obsesión...
...Y por encima de todo el silencio y la reflexión, la austeridad y el misterio, la belleza sublime y la armonía de los templos Zen...